(…)En la espiral del tiempo, las vivencias se arremolinan, se expanden. La luz entra y pone la tensión en la penumbra. Lugar de oscuridad, donde el tiempo se condensa y nos obliga a replegarnos. Corría en el espiral, el año 2018, mi primer año de muchos cambios. En medio del vértigo, escuché sobre plantas de poder. Que servían para tener «alucinaciones», ver imágenes psicodélicas y en alguna medida, hacer que las personas llegaran a niveles profundos de reflexión. Confieso que mi espiral de tiempo, era más parecido a un torbellino, era un caos, por lo que tomar la decisión, fue poco meditado. De alguna manera, ese caos orquestó este presente. Llegó el lugar y día. Sentí que mi alma se apoderaba de mi cuerpo material estaba muriendo y no había mayor placer para mi en ese momento(…)
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